Ahorrar

Nuevas técnicas para ahorrar en el hogar

Ahorrar en casa no tiene por qué ser un suplicio. No se trata de dejar de vivir bien, ni de pasar frío en invierno ni calor en verano. La clave está en saber dónde se va el dinero y cómo puedes recortar sin que eso suponga un sacrificio bestial. Te lo cuento como si estuviéramos tomando un café: aquí van un montón de consejos reales, aplicables y que, poco a poco, pueden hacer que notes la diferencia a final de mes.

 

Revisa tus suscripciones y servicios

Empezamos por lo más evidente y, aun así, algo que muchos pasamos por alto: los servicios contratados. Plataformas de streaming, suscripciones a apps, revistas digitales, servicios en la nube… ¿de verdad usas todo eso?

Haz un repaso rápido. Coge tu extracto bancario o entra en tu app del banco y busca esos cargos mensuales pequeños. Muchas veces no te das cuenta, pero entre Spotify, Netflix, Disney+, HBO y demás, se te va un buen pellizco. Y eso por no hablar de apps que se renuevan automáticamente y ni te acuerdas de haber pagado.

Mi consejo: quédate con uno o dos servicios que realmente uses. El resto, cancélalos o compártelos con alguien. Hoy en día muchas plataformas permiten cuentas familiares o multiusuario. Si te organizas bien, puedes tener varias por el precio de una.

 

Compara tarifas de luz, internet y móvil

Otro punto importante: las tarifas de suministros. Muchas veces seguimos con la misma compañía de siempre solo por comodidad o por miedo a complicarnos. Pero la realidad es que las compañías aprovechan eso para colarte precios cada vez más altos.

Haz una cosa: entra en un comparador (hay un montón online) y mira qué ofrecen otras empresas por el mismo servicio. Seguro que encuentras alguna opción más barata. Cambiarte suele ser mucho más fácil de lo que piensas.

Y no tengas miedo a llamar a tu proveedor actual. Diles que estás pensando en irte porque has visto ofertas mejores. Muchas veces, te hacen una contraoferta con un descuento o una tarifa especial solo por quedarte. Literalmente, puedes ahorrarte 10, 15 o 20 euros al mes solo por hacer una llamada.

 

Controla el consumo eléctrico y ahorra de verdad

Aquí viene otro clásico, pero de verdad que funciona: vigilar el consumo de luz.

No hace falta vivir a oscuras, pero sí puedes aplicar estos sencillos cambios:

  • Usa bombillas LED. Duran más y consumen muchísimo menos.
  • Apaga los aparatos en standby. Sí, la tele, el microondas, la consola… todo eso gasta aunque no lo estés usando.
  • Aprovecha la luz natural todo lo posible.
  • Programa los electrodomésticos en horas valle si tienes tarifa con discriminación horaria.

También te diré una cosa: si tu nevera, lavadora o lavavajillas tiene más de 10 años, igual te compensa renovarlos por unos más eficientes. Parece contradictorio gastar para ahorrar, pero a medio plazo se nota.

 

Haz una compra más inteligente

La compra del supermercado es otro agujero negro del presupuesto si no vas con cuidado.

Estos son los consejos que a mí me han funcionado:

  • Haz una lista antes de ir. Si vas sin ella, compras por impulso.
  • No vayas con hambre. En serio, todo te parecerá apetecible.
  • Aprovecha ofertas, pero con cabeza. Comprar tres paquetes de algo que no necesitas no es ahorro.
  • Cocina más en casa. La comida para llevar está bien, pero sale carísima a largo plazo.
  • Congela lo que sobre. No tires comida. Hay apps que incluso te dan recetas con lo que tienes en casa.

Planificar los menús semanales también ayuda un montón. Así compras solo lo necesario y evitas acabar comiendo cualquier cosa.

 

Calefacción y aire acondicionado

El confort térmico en casa puede ser una de las cosas que más encarecen la factura si no se gestiona bien.

Consejos rápidos:

  • No pongas la calefacción a 25 grados. Con 20-21 es más que suficiente.
  • Usa ropa de abrigo en casa antes de subir la temperatura.
  • Sella bien ventanas y puertas para que no entre el frío o se escape el calor.
  • En verano, baja persianas en las horas más calurosas y ventila por la noche.
  • Invierte en un buen aislamiento si puedes. Es una inversión que se amortiza.

Y si tienes aire acondicionado, programa temperaturas razonables y no lo dejes encendido cuando no estás.

 

Usa el coche con cabeza

Si tienes coche, sabrás lo que cuesta mantenerlo: gasolina, seguro, mantenimiento, ITV, etc. Pero hay formas de reducir esos gastos:

  • Compartir trayectos si vas al trabajo o a estudiar.
  • Usar el transporte público cuando sea viable.
  • Revisar la presión de los neumáticos: unos neumáticos mal inflados hacen que gastes más gasolina.
  • Conducir de forma eficiente. Evita acelerones, mantén la velocidad y cambia de marcha a bajas revoluciones.

Si puedes, incluso plantéate no tener coche. Hoy en día con los servicios de coche compartido, alquiler por horas y transporte público, para mucha gente no compensa tener uno propio.

 

Aprende a diferenciar entre necesidad y deseo

Este consejo es más mental que práctico, pero es clave: antes de comprar algo, pregúntate si de verdad lo necesitas o si simplemente lo deseas. Muchas veces confundimos una cosa con la otra y acabamos gastando por impulso.

Vivimos en un mundo donde todo el rato nos están intentando vender cosas. Anuncios, redes sociales, influencers enseñando lo último… Y muchas veces caemos.
Un truco que uso yo: cuando quiero algo, lo apunto en una lista y espero unos días. Si después de una semana sigo queriéndolo, quizá lo compro. Pero muchas veces, se me pasa. Y así evito compras impulsivas.

Otro consejo que me funciona es preguntarme cuántas veces lo voy a usar realmente o si tengo algo parecido en casa. También va bien calcular el coste por uso. Si algo cuesta 100 € pero solo lo usarás dos veces, igual no compensa tanto.
No se trata de no comprarte nada, sino de hacerlo con cabeza. Porque gastar no está mal, lo que está mal es gastar sin pensar.

 

Para tener un control de tus gastos no hace falta ser contable

No necesitas hacer un Excel de 40 pestañas ni tener un doctorado en economía. Pero sí va bien tener claro cuánto ganas, cuánto gastas y en qué.
Hay aplicaciones muy fáciles de usar que te categorizan los gastos automáticamente. Te ayudarán a ver dónde se te va la pasta sin darte cuenta. Cuando lo ves en números, a veces te llevas sorpresas.
Hazlo un hábito: revisa tus cuentas al menos una vez por semana. Así no te pilla el toro a final de mes.
También puedes marcarte un tope mensual por categorías, como ocio, comida fuera o caprichos. No hace falta que seas súper estricto, pero ponerte ciertos límites te hace ser más consciente y te ayuda a tomar mejores decisiones cuando vayas a gastar.

 

¿Sabías que podrías recuperar dinero de tu hipoteca?

Este es un punto que mucha gente no conoce, y puede suponer un ingreso inesperado. Desde el bufete Abogados Santander, especialistas en derecho civil en Cantabria, nos dan un consejo que no todos saben: es posible que el banco te deba dinero por los gastos de formalización de tu hipoteca.

¿Qué son los gastos hipotecarios y por qué podrías reclamarlos?

Cuando firmaste tu hipoteca, seguramente tuviste que pagar varios gastos: notaría, registro de la propiedad, gestoría, tasación… Hasta hace unos años, lo habitual era que el banco te hiciera pagar todo esto, pero el Tribunal Supremo y el Tribunal de Justicia de la Unión Europea dictaron que esto no es legal en muchos casos.

La razón es que estos gastos deberían haberse repartido entre tú y el banco, o incluso ser asumidos en parte por la entidad financiera. Si pagaste todo tú, es probable que puedas reclamar.

¿Cuánto te pueden devolver?

Depende de tu caso, pero mucha gente ha recuperado entre 1.000 y 3.000 euros. Y ojo, esto no prescribe automáticamente. Aunque tu hipoteca sea de hace años, podrías seguir teniendo derecho a reclamar.

¿Cómo se hace la reclamación?

Lo más fácil es acudir a un abogado que te ayude a revisar tu escritura, ver si tienes derecho a reclamar y presentar la reclamación ante el banco. Si este no responde, pueden ayudarte a ir por la vía judicial.

No pierdes nada por informarte. Y si consigues recuperar ese dinero, es como un ingreso extra que no esperabas. ¿Quién no quiere eso?

 

Ahorrar es cuestión de hábitos, no de suerte

Ahorrar en el hogar es una cuestión de sentido común y pequeñas decisiones. No hace falta renunciar a vivir bien, solo hay que ser más consciente de en qué se va el dinero.

Si aplicas varios de estos consejos, te aseguro que a final de mes notarás el cambio. Algunos te harán ahorrar unos euros, otros te pueden suponer cientos o incluso miles, como el tema de los gastos hipotecarios.

El truco está en no esperar a estar ahogado para empezar a ahorrar. Cuanto antes empieces, mejor estarás preparado para lo que venga.

Y si tienes dudas o crees que puedes recuperar dinero por tu hipoteca, consulta con profesionales. A veces, el ahorro también viene de reclamar lo que es justo.

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