Los de rollos de washi tape han entrado con fuerza en el mundo de las manualidades. En sus orígenes, se trataba de un tipo de papel hecho a mano con un método tradicional chino que se introdujo en Japón gracias a un sacerdote budista coreano, en torno al 610. Por su decoración, y de ahí viene el nombre que le dieron los orientales, se trataba de un papel que producía armonía o paz. A diferencia del papel ordinario, el washi no cuenta con químicos en su proceso de fabricación, sino que utiliza ingredientes naturales como el bambú, cáñamo, arroz o trigo, entre otros.
Su producción en masa comenzó en Japón gracias a la empresa Kamoi, que se dedicaba a la fabricación de cintas adhesivas como las que se utilizan en la construcción o en el bricolaje. En 2006, la compañía tuvo noticia de que algunos de sus clientes no se limitaban a darles el uso esperado, sino que las decoraban y las personalizaban. Así, creó una filial que se dedicó por entero a la fabricación de las cintas decoradas y que vio la luz en el año 2008 con el nombre de Masking Tape Kamoi Kakoshi.
En castellano podemos denominarlo por la expresión inglesa, washi tape, ampliamente extendida, celo japonés, o celo o cinta adhesiva decorada. Y no se trata de nada más allá de eso, un rollo de cinta adhesiva decorado con bonitos dibujos y muy coloridos, y con las característica de que se corta con una gran facilidad, sin ser necesario el uso de herramientas como tijeras o cutters.
El hecho de que por un lado esté decorada y por el otro se pueda pegar, la convierten en una herramienta muy querida para su uso en las manualidades. Además, cuenta también con la ventaja de que se puede escribir sobre ella, ya que la tinta no resbala cuando dibujamos sobre el decorado.
El washi tape ofrece un montón de posibilidades en su uso, casi todas destinadas principalmente a la decoración de manera personalizada. Por ejemplo, a la hora de hacer regalos, podemos utilizarlo para alegrar los embalajes, así como las tarjetas de regalo. El material escolar de los niños puede ser otra opción, dando color a cuadernos, lápices, bolígrafos, reglas, estuches, tijeras o cualquier otro utensilio que se nos ocurra. El scrapbooking es una de las manualidades que más tira de este tipo de papel adhesivo. Se puede utilizar como simple elemento decorativo de nuestros álbumes o también para pegar fotos en ellos.
También en casa encontramos un sinfín de posibles objetivos. En la cocina, por ejemplo, podemos decorar los tarros de cristal, vasos, posavasos… También los jarrones que encontremos por casa, el plato de comida de nuestra mascota, su caseta, etc. En casa podemos usarlo también como un elemento de decoración en las paredes, creando nuestras propias composiciones y dibujos.
Como veis, el washi tape es muy útil a la hora de hacer nuestras manualidades y personalizarlas a nuestro gusto. Eso sí, hay que tener en cuenta que no se trata de una opción barata. Cada rollo decorado puede rondar entre los tres y los cinco euros, por lo que hacer un acopio de diferentes cintas para nuestras creaciones necesitará de un buen desembolso.
Además, si queréis invertir un poquito más, podéis apuntaros a los talleres que proliferan ahora sobre el washi tape, o simplemente buscar ideas a través de la red.