El pan se ha convertido en materia prima hecha arte. Por dentro y por fuera. El trigo, el maíz y la cebada se transforman en harinas para cocer piezas de pan o masas menos elaboradas que nutren a «media humanidad». Seguro que habrás visto como hay auténticos panaderos que hacen de su oficio un arte. No es lo mismo el pan candeal que el integral, ni el industrial que el casero, ni el de bocadillos o el de mesa, ni, por supuesto los gigantes para competir en algún récord de un pueblo o animar las fiestas alimentando hasta miles de criaturas, que el bollo individual. Pero en todo ellos hay mucho de arte.
Se ha llegado ya a presentar el pan con flores, cenefas, muñecos, dibujos, etc., detalles que transforman una pieza de pan en un objeto de escaparate, porque de lo que se trata es de decir al público que en ese establecimiento se entiende de pan. La harina, el agua y la sal son muy agradecidas. Son los protagonistas, tienen el don de unirse y precisar sólo de un poco de reposo en una estancia cálida para convertirse en pan, un regalo para nosotros.
La guerra del pan
Bien es cierto que en los últimos años, la guerra del pan ha provocado que se haga pan de menos calidad. Todos quieren ofrecerlo a un coste inferior. Y como todo en esto vida, menos inversión es igual a menos calidad. Todo comenzó con la llegada de un panadero (por llamarle algo) que decidió fijar el precio en 20 céntimos. El impacto fue tal que hasta las grandes superficies se resignaron a bajar sus precios. Lidl y Día lo redujeron a 0,39 euros.
Por eso es de vital importancia seguir apostando por esos maestros panaderos que siguen haciendo pan del de toda la vida. En El Molin Pan y Café apuestan por el pan de antaño. Sus panes van desde el Pan Gran Reserva y el Pan Tradicional hasta el Pan Saludable (Integrales y Cereales).Sus productos tienen principios como ingredientes Sostenibles, elaboración sin conservantes, sin grasas parcialmente hidrogenadas y reducido en sal.
También vas a encontrar panes y Hogazas 100% Naturales. Con masa madre, una levadura natural, con triple fermentación en alta hidratación, lo que conlleva una máxima calidad de las materias prima. De los que permanece tierno durante más tiempo y no se pone duro a los dos días. Con ese aspecto rústico y un sabor inconfundible que nos evoca a nuestra infancia. Y que conocerás por su corteza dorada y miga ligera con un sutil aroma avellanado. Estarás de acuerdo que esto no tiene nada que ver con esa barra con aspecto y sabor a chicle.
Y del pan se puede pasar a la bollería. Y decir lo mismo. Esta bollería incorpora diferentes trabajos en la masa, constantes pliegues y largas horas de reposo para obtener las más exquisitas creaciones en bollería, tartas y dulces. Algunas de sus especialidades son los deliciosos Croissants de mantequilla, Les Tulipas y los Muffins. No te puedes perder de saborear las tiernas Ensaimadas y Napolitanas recién hechas. O si lo prefieres, prueba los Dots, Pop Dots y CroDots, tartas, toñas y hojaldres.
Todas estas cuestiones nos invitan a la reflexión sobre muchos aspectos, qué pan comemos y cuál nos gustaría saborear, cómo preferimos aprovechar nuestro tiempo libre, que nos proporciona mayor satisfacción personal… habría mucho en lo que podríamos profundizar, pero eso ya lo hablaremos otro día. Ahora lo mejor es seguir apostando por el pan de toda la vida.
¿El pan engorda?
Por cierto, la obesidad y la grasa abdominal no guardan ninguna relación con el consumo de pan, según un estudio científico realizado por investigadores del Departamento de Ciencias Clínicas de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria que publica la revista Nutrition Reviews. Los investigadores analizaron los artículos científicos relacionados publicados durante los últimos 30 años que se centraron en estudiar la relación entre sobrepeso, obesidad y patrones dietéticos que incluyen pan refinado o de grano entero. Los datos sugieren que comer pan de grano entero no contribuye de ningún modo al aumento de peso.
Acabamos de realizar un viaje a nuestra infancia en el que podemos comprobar cómo hacer pan era todo un arte, afortunadamente todavía quedan empresas que se encargan de hacer pan de todo corazón.