Seguro que muchos de vosotros tenéis más de un reloj en casa. Se trata de piezas que no solamente se usan para dar la hora, ya que actualmente es algo que podemos ver perfectamente en el móvil, y es un gadget que a nadie le falta en el bolso o en el bolsillo. Los relojes son también símbolo de elegancia, de estatus y complemento para el look. Además, tenemos la suerte de contar con tiendas que nos facilitan el acceso a ellos, como Only Silver, con piezas de marcas importantes y a los mejores precios. Pero ¿qué ocurre cuando un reloj se estropea? ¿Qué pasa con el oficio de relojero?
Alguna vez os habrá pasado que hayáis necesitado a un relojero y difícilmente habréis encontrado un taller. Se trata de un oficio muy complicado de aprender, por lo que sus talleres están cada vez desapareciendo con más rapidez y si tenemos algún problema o queremos cambiar una pila debemos acudir a una joyería y que ya ellos hagan lo más básico o nos lo envíen a reparar a la casa, algo que por cierto no resulta para nada barato y suele tardar bastante tiempo.
Pero ¿por qué nos cuesta tanto encontrar un taller relojero en nuestras ciudades desligado de una joyería? Pues porque la formación de este tipo de profesionales es muy complicada en nuestro país. Principalmente el oficio se acaba aprendiendo de padres a hijos o muchos son aquellos que desean que les den clases y como esto no es posible le acaban pagando a un profesional para que les deje estar con él en el taller y así aprender, algo que, como es lógico, no aceptan todos los relojeros para no tener esa competencia.
Además, las casas relojeras, hartas de las chapuzas que muchos que se decían profesionales hacían con sus piezas en los relojes de las que después se quejaban a la marca los dueños de los mismos, dejaron de suministrar repuestos o recambios a los relojeros, por lo que muchos de ellos ya no tenían razón de existir.
Actualmente, en España solo existe un lugar oficial donde estudiar relojería, que es la Escuela de la Merced, en Barcelona. Sin embargo, en Suiza, cuna de esta industria por excelencia, la formación se trata de una carrera que puede llegar a ir desde los tres hasta los seis años de estudio.
La evolución del trabajador relojero en Suiza
Suiza, como decimos, es el país donde más funciona la industria la relojera y al que muchos de los profesionales, de los buenos, se están yendo a trabajar para poder sobrevivir en su oficio. En curiosa además la evolución que esta profesión ha tenido en el país helvético, donde según cifras de este siglo, en el año 2000, el sector empleaba a 37.000 personas en 575 empresas. En 2008, tenía 53.000 asalariados (en 629 empresas). No obstante, a causa de la crisis, al año siguiente se perdieron 4.000 puestos de trabajo (y 20 empresas). Pero estas pérdidas se compensaron con la recuperación del sector en 2010, y que hasta ahora no para de crecer, demandando más profesionales del extranjero.
Pero no siempre fue así. A comienzos del siglo pasado la industria relojera suiza no quería contratar a inmigrantes, ya que tenía miedo de formarlos, que estos aprendiesen bien el oficio y luego se volviesen a su país con todo el conocimiento de la tecnología, desbancando el liderazgo del país helvético en este sector que tan buenos beneficios reporta a su sociedad.
La apertura se dio cuando las empresas comenzaron a contratar especialmente a las mujeres, ya que se creía que su trabajo era complementario al de los maridos, de una corta duración, y que por lo tanto no se llevarían el conocimiento con ellas. Y progresivamente acabó empleando a casi un treinta por ciento de extranjeros profesionales cuya mano de obra era menor en precio, mientras que para estos suponía un gran ascenso con respecto a los sueldos de su país.