Somos varios vecinos –en gran mayoría jubilados o a punto de serlos– de una misma y nueva comunidad ubicada a las afueras de Madrid, que decidió conjuntamente al instalarse en esta nueva finca, contratar los servicios de seguros de una sola empresa, a saber, la de la denominada MBR Administradores, una agencia de referencia presente en la capital así como en Alcalá de Henares, cuya especialidad es la administración de fincas y los servicios de asesoramiento económico y jurídico. Nos pareció en efecto más sencillo optar por reunir los distintos seguros para que todo estuviese centralizado y para que se gestionara el conjunto en un mismo departamento, lo cual agiliza y permite una gestión idónea de nuestras pólizas. Y la verdad, es que todos los vecinos estamos encantados con esta empresa. Pues la gestión de la finca, así como nuestros seguros particulares, los llevan estos profesionales desde su despacho y nos hacen un seguimiento anual, a la vez que nos avisan cuando aparece una mejora de precio en las coberturas de nuestro residencial, etc. Hay que reconocer que trabajan de manera estupenda y comprometida para con sus clientes, y eso se agradece.
¿Qué debe cubrir como mínimo una Póliza de Seguro de Comunidad?
Lo bueno de nuestra comunidad de vecinos, es que muchos de los que nos hemos instalado en esta nueva finca, nos conocíamos de antes. Éramos o habíamos sido, en efecto, compañeros de trabajo o amigos (muchos de nosotros por ejemplo habíamos sido profesores o empleados en uno de los mayores centros educativos de la capital), con lo cual, eso ayuda a que las relaciones de vecindad sean buenas y cordiales. Dicho esto, lo que uno no obstante debe saber para no llevarse un disgusto, es que las compañías de seguro no se encargan en absoluto del mantenimiento de un edificio, pues ello le incumbe exclusivamente a la comunidad quien tiene la obligación de cuidar del buen funcionamiento de sus instalaciones (agua potable, bajantes de agua residual, fachadas, terrazas, escaleras, instalación eléctrica, etcétera). El seguro de la comunidad sólo cubre los siniestros. Lo mínimo y fundamental que sí debe cubrir una póliza son los riesgos de incendio, de rayo y explosión, los daños eléctricos, los fenómenos atmosféricos (lluvia, viento, pedrisco, nieve, inundación), los daños asimismo causados por el agua, la responsabilidad civil, el robo y el vandalismo, la rotura de cristales, la defensa jurídica y la asistencia técnica. Y bueno, lo que también es importante y que se debe tomar en cuenta a la hora de contratar una póliza de seguro multirriesgo, es el valor correcto a continente y contenido. Os lo explico a continuación…
Valoración del continente
Esta valoración del continente debe hacerse sobre el valor de construcción, una vez que se haya excluido el valor del terreno, y no sobre el valor de venta propuesta en el mercado. Eso significa que, en caso de siniestro, la finca se valorará por su valor de construcción, a valor total y de reposición a nuevo, excluyendo el valor del terreno y las circunstancias del mercado, como por ejemplo, la cotización de la zona, las vistas y demás elementos que configuren los precios de compra y venta, pero sin que éstos tengan una relación directa con el coste de los materiales y la mano de obra. Además, al incluir en ello los continentes de las viviendas de cada vecino, los espacios comunes como los portales, las escaleras, etc., así como los diferentes anexos y dependencias como los trasteros, las plazas de garaje, etc., es importante entonces tener en cuenta en el momento de la valoración, que el valor de construcción asignado no será el mismo en todos los casos.
El estar bien asegurado te ofrece una gran tranquilidad y serenidad
Si bien el edificio es nuevo y respetuoso de las distintas normas de seguridad, lo cual en sí es ya una buena y excelente garantía, el saber además que estamos todos los vecinos de la comunidad bien asegurados y cubiertos por la empresa madrileña MBR Administradores, nos aporta una tranquilidad suplementaria que nos permite disfrutar a nuestras avanzadas edades de los pequeños y grandes placeres de la vida. ¡Y eso no tiene precio!