Por suerte para todos los amantes del disfraz su uso ha dejado de ser estacional para estar presente a lo largo de todo el año. Ya no solo Carnaval es la fiesta por excelencia, hemos adoptado Halloween, que no deja de crecer año tras año, y a lo largo de los 365 días, se suceden miles de fiestas temáticas, fiestas de cumpleaños…que nos permiten poner a prueba nuestras dotes artísticas e interpretativas.
Ya sea comprado o hecho por nosotros mismos, una vez que tenemos el disfraz, lo que queremos es que todo salga bien. Y para eso no solo hace falta imaginación. Los expertos de Lacasadelosdisfraces nos facilitan unas recomendaciones de seguridad que deben cumplir los disfraces infantiles para que podamos pasar el momento más divertido, sin preocuparnos de los más pequeños.
Recomendaciones
Cada año, sobre todo alrededor de las fechas de Carnaval, las asociaciones de consumidores y los organismos competentes se dedican a realizar estudios y a facilitar información para que todo el mundo sepa que la elección de un disfraz y su compra, debe realizarse en establecimientos autorizados que cumplan con los criterios de seguridad que se establecen para este tipo de productos.
Lo principal es que el disfraz contenga la marca CE, que permite garantizar que han superado los requisitos de calidad europea. El nombre, razón social y domicilio del fabricante, el número de lote, serie o modelo, rango de edad para su uso, número de registro industrial, composición del producto y recomendaciones de lavado y de conservación son los datos que deben aparecer en la etiqueta de la prenda, para que, en caso de reclamación, tengas a quien dirigirte.
Es importante también tener en cuenta la edad del menor que queremos disfrazar para elegir un disfraz que no le suponga un riesgo. Por supuesto, es imprescindible evitar disfraces que contengan materiales inflamables o que puedan suponer un problema de asfixia para el niño, como los que son enteros desde la cabeza a los pies. En el caso de niños con alergia verificar que sean de algodón les permitirá disfrutar totalmente del momento. Si el niño es muy pequeño es importante comprobar que no tenga piezas pequeñas que se puedan desprender ni ingerir, ni puntas o bordes que puedan resultar cortantes. Siempre que sea posible es buena idea prescindir del uso de cordones, sobre todo en capas que vayan anudadas al cuello, que pueden suponer un riesgo real de estrangulamiento y asfixia.
En edades tempranas es recomendable no usar máscaras ni caretas, y en niños más mayores debemos comprobar que les permita ver y respirar con normalidad.
Una alternativa es el uso de maquillaje para decorar la cara de los peques. Tenemos que asegurarnos que el producto que usemos no sea tóxico y sea hipoalergénico, evitando siempre, el contacto con los ojos. Lo ideal es probarlo primero en una zona pequeña, como la barbilla, con el fin de comprobar que el niño no sea alérgico y le cause una reacción dolorosa y peligrosa, en ocasiones.
Aunque la tentación de comprar un disfraz muy económico sea grande, ya que solo suelen usarlo una vez, no es motivo suficiente para adquirir un disfraz de mala calidad, en una tienda que no esté especializada. Además de que no podrán asesorarnos profesionalmente, en temas de salud, lo barato sale caro.
Si por cualquier motivo no podemos realizar ese desembolso, podemos acercarnos a comprar unos complementos y realizar nosotros nuestro propio disfraz casero. Hay muchas opciones económicas que podemos llevar a cabo con material que tengamos en casa, comprado solo aquello que nos de un toque distintivo.
Disfraces DIY
Aunque parezca increíble usando papel y cartulinas podemos crear unas máscaras impresionantes que, sobre un lienzo en blanco o negro (pantalón y camiseta de esos colores) pueden crear un gran efecto visual, que no en nuestros bolsillos.
Si nos inspiramos en el mundo animal y vegetal podemos extraer infinidad de ideas: peces coloridos, pulpos con más de ocho patas, cangrejos con pinzas móviles, leones con melena de lana o algodón teñido, coronas de flores que representen la primavera, árboles con sus frutos…
Con su propia ropa, algún pañuelo y comprando unos accesorios podemos tener en un santiamén piratas, hadas, superhéroes, bailarinas, animadoras, domadores de circo…Usar la imaginación y disfrutar juntos del proceso es todo un plus que se suma a la ilusión de lucir nuestro disfraz.
Así que ya sea comprado o hecho, lo principal que debe guiar nuestra elección es la seguridad de un buen diseño y unos buenos materiales. Una vez tengamos esto, que es lo más importante, buscar un sitio adecuado donde poder lucirnos y disfrutar será todo un acierto, sobre todo cuando se va con niños.