Hoy os traemos un tema interesantísimo para estos días fríos de invierno, una lista de libros que nos os podéis perder y hasta una manualidad que podéis hacer cualquiera con muy pocos materiales para tenerlos bien ordenaditos en casa. Como veréis, disfrutaremos de la lectura en estos días de invierno sin llegarnos a gastar mucho dinero. De hecho, si sabéis euskera, en la web de la Azkue Fundazioa podéis encontrar libros digitales gratuitos. Y es que esta fundación es una protectora del idioma vasco, por lo que promociona actividades relacionadas con esta lengua, así como su cultura.
Pues bien, nuestra manualidad para guardar los libros es uno de los objetos de decoración más de moda en los últimos tiempos. Se trata de una escalera de madera para apoyar en la pared, con los peldaños un poco anchos para soportar el ancho de los libros. Es muy sencilla. Basta con conseguir tres largos listones de madera. Dos de ellos de igual medida, por ejemplo 1,80, los ponemos en paralelo, para sujetar los peldaños, y les rebajamos las puntas superiores para que se apoyen en la pared al inclinarlos sin caerse. Después, el otro listón los cortamos en peldaños de igual tamaño y los colocamos de forma paralela entre los dos listones verticales con unas puntas o unos tornillos. Y ya tenemos la escalera. Lo que podemos después es barnizarla a nuestro gusto si no nos convence el color natural, aunque yo en mi casa la he dejado así y resulta muy romántica, se ve que no es el típico mueble comprado en serie en una tienda. Os dejo unas imágenes de Pinterest para que os hagáis una idea de las posibilidades.
¿Y los libros? Pues ahora vamos con nuestra selección
- Si sois amantes de la cultura árabe y de los viajes, os gustará La Alhambra, mito y vida 1930-1990. Tientos de memoria oral y antropología de un Patrimonio de la Humanidad, un proyecto de investigación innovador que recoge la historia oral de un monumento universal como es la Alhambra de Granada. Esta publicación es el fruto de ocho años de trabajo de José Antonio González Alcantud, catedrático de Antropología Social de la Universidad de Granada y académico correspondiente de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, acompañado por Sandra Rojo Flores y José Muñoz, que refleja un profundo estudio antropológico de la Alhambra como patrimonio vivo.
- Si queréis un libro diferente, La charla. La propuesta de Linda Rosenkrantz es tan simple como osada. Tres amigos pasan el verano de 1965 en la playa de East Hampton. Y hablan. Con franqueza y sobre todo lo imaginable. ¿Cómo plasmar esas conversaciones sin que pierdan la vivacidad al trasladarlas a la página? Muy sencillo: la autora las registró con una grabadora y las reprodujo tal cual. Con un único matiz: el original ocupaba 1.500 páginas, y en él intervenían veinticinco personas, así que redujo la extensión y los personajes. Quedaron tres: Marsha, que tiene un buen trabajo en Nueva York; Emily, su confidente y amiga, actriz, dipsómana y desinhibida; y Vincent, pintor homosexual, talentoso y analítico, por el que Marsha siente un amor no consumado. Estamos en los años sesenta, y la novela capta de un modo documental esa época de cambios revolucionarios. El trío habla de sexo (promiscuidad, ménages à trois, masturbación, sadomasoquismo…), de drogas (una experiencia con el LSD), de cultura (se mezclan sin complejos Fitzgerald, Proust, Durrell, Ginsberg, Dylan…), de psicoanálisis y del mundillo artístico en el que los tres se mueven, la Nueva York de Warhol, Sontag, el expresionismo abstracto, las fiestas interminables… Se trata de un libro que sigue plenamente vivo, con sus ágiles diálogos que mezclan reflexión, hilaridad, lubricidad, dudas y contradicciones; es el valioso testimonio de una época convulsa y también un audaz experimento de literatura de lo real, cuya influencia puede rastrearse hoy en series como Girls, de Lena Dunham, o en el humor deslenguado de Amy Schumer. La charla es la vida misma, con toda su crudeza, impudor y paradojas. Y casi cincuenta años después sigue tan fresca y provocadora como el primer día.
- Os recomiendo también El número 11, de Jonathan Coe. En el centro de esta historia está la amistad de Rachel y Alison, que recorre con altibajos sus vidas desde la infancia. Y al fondo una figura real, David Kelly, inspector de armamento de Naciones Unidas en Irak, envuelto en el escándalo de la filtración de datos que ponían en entredicho a Tony Blair, y cuya muerte (oficialmente un suicidio, aunque siempre hubo sospechas de otra cosa) supuso el fin de la inocencia para una generación. Las vidas de Rachel y Alison se cruzan con las de una serie de personajes estrafalarios e inolvidables: una cantante que vivió tiempos mejores y trata de recuperar su popularidad en un reality show en la selva australiana; un profesor obsesionado con una elusiva película que vio de niño llamada El jardín de cristal; un joven oficial de policía empeñado en aplicar criterios sociopolíticos en sus investigaciones mientras trata de conquistar a una casta profesora católica; un supermillonario que contrata a una tutora para que enseñe a su hijo a comportarse como un chico normal de clase media; unos cuantos monstruos, reales o imaginarios, que incluyen desde una horripilante araña que aparece en un naipe hasta el del Lago Ness; un iracundo magnate de la prensa y su hija aspirante a columnista ultraconservadora… Esta última forma parte de la poderosa familia Winshaw, que ya aparecía en una de las obras más celebradas de Coe, ¡Menudo reparto!, de la que esta novela es una suerte de continuación que puede leerse de modo por completo independiente. Es en parte una crónica perpleja de la deriva de Inglaterra (el desmantelamiento de la sanidad pública, las triquiñuelas de la evasión fiscal de los muy ricos, la emigración ilegal…), en parte una sátira feroz y desternillante de las élites económicas, y también a ratos una narración detectivesca a la antigua usanza y un tronado relato fantástico con monstruos. Resultado: una novela adictiva y una nueva muestra del inigualable talento del autor para construir tragicomedias con cargas de profundidad sobre la desquiciada realidad del mundo contemporáneo.